dos fechas trascendentales para la vida: “El Día Mundial del Agua” y “el Día Mundial de los Bosques”. Existe un estrechísimo vínculo entre el agua y los bosques y en el contexto del cambio climático ésta es una relación simbiótica.

“En muchas regiones del mundo la explotación excesiva, el mal uso y la contaminación representan una amenaza cada vez mayor para la disponibilidad y la calidad del agua potable… la relación entre los bosques y el agua es una cuestión crítica a la que se debe otorgar una gran prioridad. Las cuencas de captación boscosas suministran una gran parte del agua que se destina a satisfacer las necesidades domésticas, agrícolas, industriales y ecológicas. Los responsables de la ordenación de las tierras, los bosques y el agua afrontan un importante desafío que consiste en elevar al máximo esta gran variedad de beneficios multisectoriales de los bosques sin detrimento de los recursos hídricos ni de la función del ecosistema”. Sostiene FAO en el prólogo de su estudio“Los Suelos y el Agua”. Surge aquí una pregunta obligatoria:

¿Se ha capacitado a la gente del campo para hacer buen uso del agua?

NO.

¿Por qué?

Un aspecto central es el uso del agua en la producción de alimentos:

Obsérvese en este gráfico, derivado de las estadísticas FAO 2021, que mientras Chile emplea solo 847 m3 de agua para producir una tonelada de maíz, Colombia destina 2.530 m3 (3 veces más) para conseguir la misma cantidad del grano. 

Esta situación se deduce de, que según FAO 2021, Chile rinde 11,8 t/ha, mientras que la productividad en Colombia es de apenas 4,0 t/ha (la tercera parte) lo cual significa que 100 toneladas de maíz, Chile las produce en 9 hectáreas, Colombia emplea 25 hectáreas de tierra para cosechar las mismas 100 toneladas (Huella Ecológica) que además de la huella hídrica, contribuye a la contaminación de más suelos y aguas, así como a la emisión de gases efecto invernadero causantes del calentamiento global.

Y en este otro gráfico podemos apreciar el rango de despilfarro de los recursos hídricos destacado con sombra rosada sobre la raya roja, Línea del USO RAZONABLE DEL AGUA.

Con esto queremos significar que en el campo sí se puede mejorar el rendimiento. Es decir, producir más en menos superficie y haciendo buen uso del agua. En las dos fotos de abajo se observa la diferencia significativa entre un cultivo tradicional y un cultivo moderno:

Pero no es un asunto del solo deseo lo que permite hacer uso adecuado de los recursos naturales en la producción alimentaria, es necesario poner las innovaciones que la ciencia ha proporcionado para obtener cosechas abundantes, al servicio del agricultor de modo que él, combinando éstos nuevos conocimientos con sus saberes ancestrales, se convierta en empresario o microempresario eficiente, rentable y competitivo.